El comino es un ingrediente esencial de la cocina de África del Norte, de la mediterránea y de la mexicana.
Solo o en compañía de otras especias, aporta su peculiar sabor pungente y muy aromático a una amplia gama de platos salados.
Su origen se sitúa en el Valle del Nilo, en Egipto, en el Mediterráneo oriential. También se cultiva en la India, en China, Siria, Turquía e Irán.
Los restos de comino hallados en las pirámides de Egipto sugieren que ya se utilizaba desde hace más de 5000 años. Los antiguos griegos y romanos lo usaban como condimento de mesas junto con la sal. A partir del siglo VII los mercaderes árabes, transportaron el comino hacia África del Norte, Irán, India, Indonesia y China y acabó por convertise en un ingrediente fundamental de muchas especias locales.
Se utiliza en aceites esenciales, perfumes y en fármacos veterinarios. En la medicina tradicional se utiliza como digestivo y para aliviar la flatulencia.
Canela, cardamomo, pimienta negra, anís estrellado y cilantro. Le va muy bien a las berenjenas, las legumbres, la sal, el cordero y el yogur.